Bueno, pues después del post todo emocional que me aventé la vez pasada y después de algunos meses del tan esperado homeschool, vengo con la segunda parte.
Nunca he llevado a Narán a la escuela ni a la guardería. Esto lo digo para que sepan que estoy acostumbrada a estar con el 24/7. Lo más que nos hemos separado en su vida fueron dos días y, francamente, lo pasamos muy mal los dos. Después de haber aclarado esto, quiero decir que esto del homeschool no es fácil. Una cosa es jugar muy lindo con tus hijitos todo el día o ponerlos a ver la tele y otra muy diferente es entrarle a la disciplina y a los saberes.
No puedo hacerme pato con que el niño no se aprenda esto o lo otro y no tengo a nadie a quien echarle la culpa de las cosas que él no domina. No puedo ir a una junta a exigir que le encuentren la manera porque, claramente, mi angelito no es la bronca. La bronca, por supuesto, es la miss. Y aquí, pues, la miss soy yo.

He tenido que aprender cómo pedir las cosas, a qué hora, a leer las señales de la siesta, a saber cuándo puede un poquito más y, si no sale como lo tenía planeado, a desbaratar todo y encontrar otra manera.
Les comento todo esto porque quiero hablar de las razones.
Cuando las cosas se ponen difíciles, es esencial que tengas muy presente cuál es la razón por la que estás, voluntariamente, entrándole a esto. Cuando los días van bien, todo es hermoso y perfecto, pero cuando no son tan buenos es cuando necesitas tener claro por qué lo haces y repetirlo para ti misma las veces que sea necesario.
Razones posibles hay muchas y me ha tocado escuchar de todo. Desde las razones religiosas hasta las necesidades especiales que no pueden ser atendidas como nos gustaría en una escuela tradicional. La verdad es que las razones son 100% personales.

Esta es la pequeña lista de razones que nosotros tenemos para educar a nuestros hijos en casa.
1. Capacidad del sistema educativo
Mis hijos son niños salvajes. Desde chiquitos, les hemos facilitado el descubrimiento y (muchas veces sin querer) la aventura. Narán aprende haciendo las cosas. Varias veces al día me he encontrado tratando de explicarle cosas para que él termine rompiendo, ensuciando o arruinando algo porque le cuesta trabajo escuchar. No es que sea rebelde, es que ese no es su estilo de aprendizaje. Él trabaja sentado, parado, acostado, bailando, etc. y es porque necesita moverse. Si mi hijo estuviera en un salón de clases tradicional, ni él ni yo saldríamos de la dirección, lo he visto pasar muchas veces. Me niego a que mi hijo crezca pensando que es «malo» o «tonto» o que «eso de aprender no se le da».

2. Encuentro con la naturaleza
En estos tiempos de tecnología, Abraham y yo creemos que la conexión con la naturaleza es algo sumamente importante. No importa qué tanto conocimiento tengas de las cosas si no sabes de dónde viene tu comida, si no sabes cuidar a un ser vivo y saberte parte de ese ciclo. Vivimos en un mundo repleto de misterios y de belleza. Es inexcusable no interesarse y no cuidarlo. Me gustaría decir que estos valores son centrales en la educación tradicional, pero no es así.

3. Más tiempo juntos
Los hijos están contigo solo una parte de su vida. Solo unos añitos. Para mí es súper importante y súper bello pensar en todas las cosas que pasamos juntos. Todo lo que vemos, lo que nos conocemos, los juegos, las risas que salen de la nada, las comidas, las horas de lectura. Disfruto la vida con mis hijos y disfruto pensar que estoy construyendo relaciones sólidas para toda la vida. Una vida de historias y de experiencias.
Velo de esta forma. Si tus hijos entran a la escuela a los tres años, para cuando se gradúen de la prepa habrán pasado aproximadamente 19,500 horas separados de ti. Casi un cuarto del tiempo total que estarán contigo, ya quitando las horas de sueño.

4. Amor por el aprendizaje
Yo no sé ustedes, pero a mí me chocaba la escuela. Me chocaba estudiar, me chocaba la tarea, me chocaba todo. Nunca he sido tonta y nunca se me ha complicado el estudio. Aún así, me pasé varios años reprobando como campeona, porque me.va.lí.a. Hay muchas cosas que he aprendido a destiempo porque me interesó investigarlas y porque le encuentro valor a saber y a aprender. Queremos que nuestros hijos crezcan con ese sentimiento, queremos que les guste agarrar un libro, abrir el internet y entender cómo pasan las cosas y por qué.

5. La responsabilidad del aprendizaje
Creo que uno de los aprendizajes más importantes en nuestra época es el de saber que tienes el conocimiento de todo el mundo a tu disposición y que lo que sabes o no sabes no es responsabilidad de nadie más que tuya. Hacer las cosas y hacerlas bien no depende de que alguien te esté correteando ni presionando. Es responsabilidad y privilegio tuyo, ¡el cielo es el límite!

6. El aprendizaje va más allá de memorizar
Ser exitoso en la vida no depende solamente de que saques 10 en todo. Ser exitoso es tener tu vida en orden. Entender que eres parte de todo y que somos interdependientes. Lavar tu ropa, acomodar tus platos, comer bien, ser amable, meditar, hacer ejercicio, planchar, leer, pintar, cuidar a tus hermanos, recoger flores por la tarde, ir a escuchar el mar. Todo es necesario para ser una persona plena que aporta al mundo. Nosotros tenemos el enorme privilegio de que la casa es el lugar en donde se aprende todo lo que consideramos que es importante para la vida, las letras y los números son solo una parte del día a día.

7. Libertad
El papá y la mamá de mis hijos son dos seres que anhelan libertad. Libertad de pensamiento, de movimiento, de residencia. En nuestros sueños nos movemos por diferentes lugares haciendo diferentes cosas. Nada de esto es posible si nuestros hijos tienen que cumplir con ciertos días de escuela para que puedan pasar de año.
Si solo lees lo que dice tu libro, ¿qué pasa con lo demás que te interesa? Si solo lees una perspectiva de cómo son las cosas, ¿tienes libertad para emitir una opinión, para escoger? Ahí se los dejo de tarea…

No puedo quejarme de mi experiencia, estos meses han sido muy lindos, ha sido lo que esperaba. Ahora, no esperaba que fuera fácil.
Esos días en los que a las 10 de la noche siento que me aplastó un camión, hago un recuento de las cosas buenas y, sobre todo, hago un recuento de las razones por las que hemos elegido este camino. Me animo, me duermo y al día siguiente lo volvemos a hacer. Si estás en esto, seguro sabes de qué estoy hablando.
Si de verdad quieres entrarle al homeschool, te recomiendo que primero hagas una lista de los porqués, ¡eso es lo más importante!
Cuñadito es simplemente maravilloso!!!!!!! Muy bien el resumen porque hay mucho que quedó en la edición pero tú sentido del humor es fantástico.
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